domingo, 14 de febrero de 2010

Los cangrejos

¡Qué pueblo, mi pueblo! Cuantos recuerdos, cuantas tardes a la orilla de la presa, que en verano una parte de ella se secaba.Y en el otro lado que el puente pequeño dividía quedaba un poco de agua. Allí cogíamos cangrejos en los ladrillos que había en el fondo del río. Poníamos una mano en cada lado y sacábamos el ladrillo a la orilla, lo sacudíamos y caían los cangrejos. Luego, en el otro lado, hacíamos una especie de horno: cavábamos un agujero en el suelo y poníamos una lata encima, hacíamos un fuego debajo y asábamos los cangrejos.